miércoles, 23 de enero de 2013

FRIO en el alma


                                            FRÍO EN EL ALMA

    Cuando llega el invierno nuestros cuerpos nos piden abrigo
porque tienen frío, y encendemos estufas y radiadores  pensando en la factura de la luz y del gas que cada vez es mas cara.También pienso{pensamos}en esas pobres gentes que por no tener un techo pasan las noches tapadas con cartones,y sin
haber comido caliente tiritan de frío en sus cuerpos,y rezan para que pase pronto el invierno,y poder así "seguir vivos" y poder calentar sus corazones con la ilusión de poder encontrar
un mal trabajo que ponga fin a sus penurias.

  Son tantos....que muchos de ellos aguantandose sus lágrimas,y olvidando su orgullo piden limosna por primera vez,y sus manos
curtidas por el sol del verano, y el frío del invierno se separan de sus cuerpos y las tienden con rubor pidiendo alguna moneda
para poder alimentar a su familia que está recogiendo algun alimento desechado en contenedores del gremio.
  Bendita labor la de Caritas,con sus comedores y ropas ayudando a tal efecto,y benditos cooperantes,que sin pedir nada a cambio se prestan a ser solidarios con gentes que sin quererlo
se ven abocados a una situación  que no tiene solución porque 
nadie se acuerda de ellos.
   
   Son muchos...y a éste paso {ojalá me equivoque}...muchos mas
seremos,porque al paso que llevamos pasaremos mucho frío en los próximos inviernos,...Tendremos frío en el cuerpo,mientras
cerdos bien cebados de algún que otro ministerio tendrán calor en sus cuerpos,el bolsillo bien repleto,y frío en el alma para poder legislar leyes que al pueblo empobrece día,a,día y sin remedio
    A este país no lo arregla ni la justicia divina....,me acuerdo yo de Voltaire y de alguna guillotina....tiempo al tiempo....

                                                                     J.J.G.TEIRA
                                                                                                           23 01 2013   


                                  
     
          

2 comentarios:

  1. Amén, amigo. El otro día fui a Granada capital a acompañar a unos amigos. Como no quería gastar nada me llevé solo el móvil. Cuando regresábamos al coche, y habíamos reunido todo lo suelto que tenían para pagar el parkin (escasos euro y algo), nos cruzamos con un abuelo que sollozaba mientras avanzaba, pedía desesperadamente algo porque tenía mucha hambre. Desde hace tiempo no me sentía tan mal, y además no pudimos darle absolutamente nada, lo que nos hizo sentirnos aún peor. ¿Hasta dónde vamos a llegar que nuestros ancianos tienen que rogar sollozando un bocado por las calles?

    ResponderEliminar
  2. Cuanta razón en tus palabras aita... triste pero cierto y escenas que vivimos por desrgracia a diario que te encongen el corazón..

    ResponderEliminar